La salud mental en la empresa: una nueva preocupación para los empresarios

15 Oct La salud mental en la empresa: una nueva preocupación para los empresarios

Hoy nos hacemos eco de un reciente estudio que ha llamado nuestra atención: se trata del primer Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales, que pretende poner de manifiesto cómo la variable psicosocial afecta a organizaciones y empresas y a sus plantillas. Su titular más claro nos muestra que, efectivamente, los trabajadores y los propios empresarios le dan cada vez más importancia al factor de la salud mental en la empresa: para el 75 por ciento de las empresas consultadas, las cuestiones relacionadas con la salud mental de los trabajadores deberían tener mayor tratamiento en los convenios colectivos. Además, seis de cada 10 empresas reconocen que más de la mitad de sus trabajos tienen un alto componente emocional (ocupaciones que suponen el trato con personas fundamentalmente) y un 10 por ciento de ellas reconoce que más de la mitad de sus trabajadores se han visto afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, etc. vinculados a la pandemia. Afortunadamente, es posible desarrollar políticas que protejan estos factores dentro de la empresa, siempre utilizando instrumentos jurídicos para ello que garanticen el encaje legal de estas medidas y que definan con claridad los derechos que se generan para los empleados.

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La salud mental en la empresa: una nueva preocupación para los empresarios

El estudio de Adecco nos muestra otros datos interesantes. Por ejemplo, que el 58 por ciento de las empresas cree que el riesgo de padecer el síndrome de “trabajador quemado” (burnout) se ha incrementado en el último año y que los trastornos emocionales relacionados con la crisis sanitaria y económica aún se mantienen con respecto a hace un año (64 por ciento en este caso). Además, casi el 70 por ciento de las empresas cree que deberían reforzarse las áreas de psicosociología de cara al futuro de la gestión de personas. Sin embargo, solo el 33 por ciento de las organizaciones van a tener en cuenta los aspectos relacionados con la salud psicológica en sus estrategias post-Covid.

La presentación de este informe coincide con la celebración del Día Internacional de la Salud Mental, una fecha para poner de relieve el cuidado de la salud psicológica de las personas. Las conclusiones a las que llega el estudio dejan claro que la variable psicosocial afecta a organizaciones y empresas, y también a los trabajadores que las integran. Y esto, desde el punto de vista de la felicidad del trabajador, de la productividad de la empresa… es un hecho muy relevante que debe llevarnos a tomar medidas al respecto.

En este sentido, un plan de cumplimiento normativo de calidad puede y debe tener en cuenta factores de este tipo, a través de instrumentos como canales de sugerencias, quejas y denuncias (por ejemplo, de cara a evitar o neutralizar posibles casos de acoso laboral), herramientas de participación para los empleados, formación en salud mental, documentación de calidad que regule las relaciones de poder internas dentro de la empresa, medidas de flexibilización que hagan el trabajo más agradable y productivo, conciliación, teletrabajo… 

Y es que una de las consecuencias de la pandemia ha sido acelerar procesos sobre los que ya se venía hablando e impulsar su regulación. Primero ocurrió con el caso del teletrabajo, para el que ya se han creado normativas más específicas que lo reconocen como derecho de una forma más cara y concreta. Tal vez el siguiente paso debería ser abordar la salud mental como pilar para construir un entorno laboral sano.

En palabras de Javier Blasco, director del Adecco Group Institute: “A nadie se le puede escapar que la pandemia ha acelerado un importante fenómeno de carácter psicoemocional que tiene que ver con los lugares de trabajo y el empleo. Algunas voces incluso dicen que la próxima pandemia será la de salud mental, un auténtico tsunami para el que esperemos estar preparados. Pero esto no es nuevo. Los riesgos psicosociales se producen en todo tipo de organizaciones y ya se están rompiendo muchos estigmas y tópicos, los problemas ya son veteranos, pero los tiempos que corren y el futuro que se nos avecina no puede abordarse con las recetas de siempre, claramente insuficientes”.

Desde una vertiente económica, la pandemia, los confinamientos y la crisis económica han causado un empeoramiento de la salud mental que ha supuesto en Europa un coste del 4 por ciento de su PIB (OCDE). “Las relaciones laborales que ahora conocemos ya están inmersas en retos con una especial incidencia en el ámbito de la psicosociología: la transformación digital y la creciente interacción con máquinas, el envejecimiento de la población, la prolongación de la vida laboral, las mayores expectativas de las personas respecto de una salud y bienestar más holística (física, mental, social, según la OMS), ciclos económicos de crisis y recuperación cada vez más cortos, la reiterada mayor vulnerabilidad de jóvenes, mujeres y seniors en el mercado de trabajo… no cabe duda de que es más necesaria que nunca la normalización e integración de la salud mental y la psicosociología en la gestión de las empresas”, destaca Blasco.

Según las empresas consultadas por el Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales, el tipo de comunicación con las personas, el estilo de liderazgo y la gestión del estrés, carga mental y el conocido burnout, son las áreas de actuación en materia de riesgos psicosociales más relevantes para las empresas. La formación en habilidades (resiliencia, empatía, automotivación, comunicación asertiva, etc.), los sistemas de mediación en conflictos y el apoyo psicológico son las medidas de promoción del bienestar y la salud mental que más se implantan en las empresas en la actualidad.