11 Nov Menos ahorro y más créditos y préstamos: el riesgo de impagos aumenta en 2022
La situación económica actual, marcada por la inflación, está generando cambios de tendencia importantes en áreas como nuestro nivel de ahorro familiar o el uso de recursos de crédito, como lo préstamos al consumo o los préstamos y líneas de crédito para empresas y autónomos. Especialmente en el ámbito de las familias en las que el margen de ahorro es estrecho, se generan situaciones peligrosas desde el punto de vista financiero: optamos por endeudarnos y trasladar la devolución al futuro, con todos los riesgos que ello conlleva.
Del lado de las empresas, aparecen retos relacionados con la refinanciación y es importante tener cuidado con la buena salud financiera de la sociedad: de lo contrario, pueden surgir problemas, en parte alimentados por un incremento de la tasa de morosidad.
Por eso en este artículo queremos ilustrar algunos datos relevantes que debes conocer y recordarte que existen instrumentos legales para mejorar tu salud financiera: desde procedimientos de reclamación de deudas pasando por la Ley de Segunda Oportunidad, incluyendo planes de reestructuración preventiva para empresas (evitando así el concurso de acreedores y una posible liquidación), renegociación de condiciones contractuales para obtener quitas o rebajas, detección temprana y/0 eliminación de cláusulas abusivas… La prevención es siempre la mejor política para mantener la continuidad de tu empresa o de tu economía familiar.
Menos ahorro y más créditos y préstamos: el riesgo de impagos aumenta en 2022
Uno de los datos clave del momento es el aumento de la inflación, que ha provocado una subida del coste de la vida. En resultado es un mayor empobrecimiento que ya se calcula para este año en 34.000 millones de euros, a los que se sumarán otros 8.100 millones adicionales en 2023, tal y como resume El Mundo. En total, las familias contarán con 42.000 millones de euros menos entre este año y el próximo.
Para más datos, los precios en España han subido en 2022 una media del 9 por ciento hasta septiembre, y se prevé que en 2023 suban de media otro 5-6 por ciento adicional. El resultado previsible es que, a falta de incrementos similares del lado de los ingresos, las familias sigan perdiendo poder adquisitivo.
Así, según cálculos de Funcas, la renta disponible de los hogares va a aumentar este año un 3,5 por ciento en términos nominales pero, en comparación con la inflación del 9 por ciento, este incremento supone una pérdida de capacidad de compra. Ese aumento de la renta se va a producir porque la remuneración de los asalariados va a crecer un 5,5 por ciento (tanto por la mejora del empleo como por el aumento de los salarios), y por el alza del 5,8 por ciento en las transferencias públicas, entre otros motivos.
Para 2023, dado que la inflación seguirá subiendo y las rentas no crecerán al mismo ritmo, se esperan que la renta disponible de los hogares caiga otro uno por ciento, lo que se traduce en 8.100 millones de euros. Se encadenarían así dos años seguidos de pérdida de poder adquisitivo, después de un 2021 en el que los hogares contaron con 7.700 millones más de poder de compra, sobre todo por la mejora del empleo que se produjo ese año frente al de la pandemia.
Pese a que los españoles están sufriendo este año una caída del poder adquisitivo, no están teniendo que recurrir en términos globales al colchón de ahorro acumulado durante la pandemia, pero esto sí estamos ahorrando menos, con tasas similares a las previas a la pandemia.
Paralelamente, aumenta nuestro uso de productos de crédito: la inflación lastra la economía de los hogares y esto se traduce en un aumento del volumen de dinero en forma de créditos al consumo y tarjetas revolving, que ya alcanza niveles que no se veían desde antes de la pandemia.
El problema es que suben también los intereses y aumentan las ofertas comerciales agresivas aprovechando la situación de ahogamiento de muchas familias. Esto podría convertirse en la ‘tormenta perfecta’, con efectos nocivos a medio y a largo plazo, no solo en forma de impagos, sino de conflictos judiciales por cláusulas abusivas y poco transparentes.
También se espera un aumento de la morosidad que podría rondar el 6 por ciento: es el resultado de un contexto de ralentización del crecimiento económico y el efecto combinado de inflación y tipos de intereses más elevados. El sector bancario teme el ritmo al que se consumirá el ahorro generado durante la pandemia.
Y es que, durante los meses de confinamiento y restricción a la movilidad, los depósitos de empresas y hogares se dispararon por encima de los 1,3 billones (200.000 millones más que antes de la crisis sanitaria) según los últimos datos del Banco de España. Pero el escenario actual de altos precios obliga a gastar más dinero, y se espera que este capital se volatilice con rapidez, llegando entonces los impagos.
Protégete de la insolvencia: instrumentos legales en tiempos de crisis económica
En este contexto, es importante hacer uso de los instrumentos legales a tu alcance para evitar la insolvencia, actuando preventivamente. Estos son algunos consejos y herramientas que puedes utilizar. Contacta con nuestros abogados si quieres saber más.
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Cuidado con los préstamos al consumo.
Es importante intentar contener el gasto y hacer sacrificios, en lugar de hacer uso de nuestro colchón de ahorro. Analiza tus gastos y busca la forma de reducirlos para adaptarte a los cambios que provoca la inflación, y elige bien qué compras y a qué precio. Piensa que la inflación va a seguir existiendo en 2023 y que es importante evitar alargar tu endeudamiento en un escenario sin vistas de mejora a corto plazo. Si finalmente contratas algún producto de crédito o préstamo, mira bien la letra pequeña y conoce las condiciones al dedillo. Es preferible que consultes a un abogado antes de firmar.
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Cuidado con las tarjetas revolving
Ya hemos hablado en otras ocasiones acerca de los peligros de las tarjetas revolving. Con ellas tienes la posibilidad de dividir tu gasto en cuotas muy pequeñas y ‘estirar’ muchísimo el plazo de devolución, pero debes tener en cuenta que, cuanto más alargues este plazo, más intereses pagarás en conjunto, ya que estos préstamos funcionan con un tipo de interés compuesto (al igual que en las hipotecas). Muchas veces, con las tarjetas revolving se generan ‘intereses sobre los intereses’ y es incluso posible que la deuda en forma de intereses termine superando el capital que pediste prestado inicialmente. Por eso debes revisar con detalle las condiciones aplicables, realizar simulacros y tener claro cuánto te costará en total financiar tus compras. Ante la duda, elige compras con interés cero (muchos comercios las ofrecen) o condensa el plazo de devolución lo máximo posible. Es mejor apretarse el cinturón durante un par de meses y quitarte deudas cuanto antes.
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Conoce la Ley de Segunda Oportunidad
Si te encuentras en una situación complicada económicamente y prevés que no podrás hacer frente a todas tus deudas, siendo además responsable y puntual en tus pagos, una herramienta a tu alcance es la Ley de Segunda Oportunidad, que permite llegar a acuerdos para reducir la cantidad adeudada, aumentar el plazo de devolución o posponerlo temporalmente, acordar quitas de la deuda… Puedes consultarnos tu caso para conocer tus posibilidades, y recuerda que los autónomos también pueden acogerse a este paraguas.
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Analiza tus contratos
Puede que la forma de esquivar el efecto de esta crisis de inflación y morosidad pase por revisar tus contratos y renegociar condiciones cuando sea necesario, o bien optar por otros proveedores o empresas suministradoras de cualquier producto o servicio. Esta lógica se aplica tanto a particulares como a empresas: desde revisar posibles cláusulas abusivas en tus contratos bancarios o con empresas de suministro, hasta negociar con tus proveedores empresariales para acordar rebajas, quitas, aplazamientos… Por ejemplo, la conocida cláusula rebusc sic stantibus de la que tanto se habló durante la pandemia por coronavirus (y que se utilizó, entre otras cosas, para aprobar importantes rebajas en alquileres de locales) puede utilizarse también en el escenario excepcional actual.
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Acude a instrumentos preconcursales
En el caso de las empresas, la mejor forma de evitar una posible insolvencia es hacer frente a un posible problema de liquidez antes de que suceda. En otras palabras, si evitas entrar en un agujero financiero, todo será mucho más fácil. Nuestro consejo es que acudas a profesionales que te ayuden a hacer valer tus derechos (por ejemplo, en materia de reclamación de deudas) y que hagas uso de los instrumentos preconcursales que existen, ya que están diseñados precisamente para evitar que tu empresa tenga que echar el cierre.